Mi lista de blogs

viernes, 10 de diciembre de 2010

Gitaneo virtual

Sólo quiero dejar registrado que mi gitaneo no tiene límites. Estaba pensando como reconvertir mi blog en uno que tenga que ver con mis ilustraciones y el té, y pensé: Quizá lo mejor será pescar todos los posteos de este blog y trasladarlos a un nuevo blog, o al vivesimple. Y nueva casa para mis escritos y así esta casa queda vacía para empezar a llenarla con contenidos de letras y hojas. Y me dí cuenta que es un cambio de casa virtual, un cambio más en mi vida...jajaja, me río de mi misma y no dejo de pensar en las sabias palabras de la Donda, que me decía 6 meses aquí, 6 meses allá,...pas bien má cherie...para mi alma, que ya está encontrando el árbol del nido, y los árboles, no es bueno transpantarlos, menos andar con ellos de allá para acá.

lunes, 15 de noviembre de 2010

The look of love

The last post was on July 28. That day coincidently it was the very half of my trip and that day I met the man that I would never wanted to be without him on the future.
It was the look of love, the smile of love, the good chats of love and everything that I could imagine: all in a same smile, in a same "package", all in a same shot.
And we decide to look at each other and , what it is more important, to look to same directions, for the rest of our lives. That is my Berlin. It brought my man to the front of my door...

miércoles, 28 de julio de 2010

Siempre en Berlín, a las 6 de la tarde

Ayer en la noche, como hace meses, muchos meses, empecé a suspirar. Alarma. Siempre alarma. O por felicidad o por tristeza. Esta vez era una mezcla. Algo se terminaba de cerrar pero se sentía pesado. Y sólo el recuerdo de la pesadez del año pasado me apanicó y me puse a rezar, a rezar y sólo rezar, en mi pieza blanca, de techos altos de la calle Raumer. Y sirvieron las oraciones, como siempre.
Hoy en la mañana puedo mirar los árboles de la plaza sin esa malla de por medio, ahora los veo claros y brillantes, entra más viento, y me acaba de llamar Rei para juntarnos a las 6. Porque las buenas juntas, son siempre a las 6, sea donde sea, acá en Berlín. Y ahora los suspiros se calmaron y se instala una curva cóncava en mi rostro.

miércoles, 21 de julio de 2010

Las velas de la plaza Helmholz Platz

Anoche venía llegando de un largo y conversado paseo junto a un querido amigo, nuevo alemán, antiguo chileno,  (y todo un berlinés) cuando al asomarme por la ventana del  departamento en el que estoy viviendo, veo en la plaza de al frente, la HelmholzPlatz, una serie de velas, conjuntos de velas,  que se veían repartidos por la plaza. No era un velatorio. No eran velas en memoria de alguien ni en protesta por algo. Eran velas de picnic. En todas esos puntitos de luz habían personas, con copas de vino, un mantel y algo rico para comer. Eran las 12 de la noche. Muchos llevaban horas y otros habían llegado hace poco, me contó Sergio, el ángel que me aloja en Berlín. Los berlineses me han impresionado por la forma de apropiarse del verano, por el uso de los espacios públicos. Se los toman todos. Algo así como las familias que van a hacer asados al Cerro San Cristóbal, o al Parque Padre Hurtado, pero acá es en todas las plazas, plazitas, plazuelas y es gratis...Alemania siempre suena a idioma complicado y frío, a gente y barrios grises, a muro. Eso está atrás, bien lejos atrás. Berlín es lejos la capital más ondera que he encontrado en mi periplo europeo, gente "laid back" como dicen los gringos (qué gran expresión). Una mezcla de Amsterdam sin cuetes libres y gente relajada. Si, está bien, es verano, pero pucha que se goza el verano en la capital.
Definitivamente saber algo de alemán ayuda, no porque la gente te va a hablar más, sino porque descifro más códigos, escritos y orales. Hablar otro idioma es hacer crecer otra cabeza. Y acá, desde este departamento de la ex Alemania oriental, con aires de pasado por todas partes, asomo mi nueva cabeza por la ventana.

sábado, 12 de junio de 2010

Los impresionistas están de paseo en San Francisco!



Este posteo se los dedico a mis amigas Pilar Aventín, Marisol Bergman, Virginia Donoso y mi amigo José Triviño, de quienes sentí la compañia de sus miradas, mientras recorría, cuál inspectora con lupa, interesada y embelesada, cada una de las piezas de la colección.

Resultó que este año y hasta el próximo, el museo de Orsay, de París, se encuentra en etapa de restauración. Y para los lienzos no se quedaran esperando a que sus salas estuvieran listas, la directora del museo, muy amiga del  director del museo De Young, dijeron: 
-Y si mandamos las pinturas de los impresionistas para San Francisco, y hacemos dos exposiciones: una sobre el nacimiento de esta nueva forma de pintar y ver el mundo, y la otra sobre los grandes exponentes del postimpresionismo? 
Entre oú lala y oh, my god; el champán y el bourbon, se hicieron las gestiones "et voilá", más de cien originales cruzaron el Atlántico. Tocó que Norma y yo estábamos para la apertura de la primera de las dos exposiciones: El nacimiento del impresionismo, pinturas desde 1856 a 1874 ...una de las mejores exposiciones que he visto en mi vida ( que no han sido pocas, modestia aparte). En 7 salones, que comienzan por unos pasillos rojo carmenére, donde cuelgan retratos de los señores pintores y la única mujer, Berthe Morisot, se muestra el contexto histórico , social y artístico del París de 1856 hasta 1874, donde germinó esta nueva forma de mirar y de plasmar lo que el artista quería. Cambiaron la luz, los sujetos, las técnicas. Los impresionistas impresionaron, causando escándalos por la manera “ poco académica de pintar”.
Quien sabe si la inauguración de la segunda parte me pilla en San Francisco...


Fue un sábado, a las 10:30 que se inauguró en el museo De Young, de San Francisco, esta exposición. Y estuvimos ahí, en la apertura de la expo, emocionadas, con lápiz y papel y cuando llegamos al 7mo. salón de la exposición, con gusto a poco....

The birth of Impressionism 1856-1874
Mayo 22, Museo De Young, San Francisco, 2010. Con mi amiga Norma Dryden

Bouguereau pintó el nacimiento de Venus, en honor a Boticelli, y venía de la escuela italiana manierista. Las manos y cómo se entrelazan los dedos son de un realismo tridimensional. Lo mismo pasa en la pintura la virgen de la consolación (él perdió a su mujer y dos hijos, antes de pintar este cuadro).  A mi me encanta Bouguereau...si, lo sé, que se me va a las pailas la vanguardia si declaron que me gusta este pintor, pero no puedo hacer nada frente a sus óleos de ángeles, mártires, mujeres y hombres rellenitos y la exquisitez con que pinta las manos...sobre todo las que se entrelazan. A Bouguereau lo conocí en Franklin, Santiago, en la picá de marcos, de la Sra. Marcela. 

Los salones de París eran los campos de batalla año a año. Mientras menos valor tenía tu cuadro, más arriba de la pared te ponían.
Los futuros impresionistas nunca fueron aceptados en los salones. Bouguereau era uno de los favoritos de la socialité.

Gustave Moreau usa lineas de colores sobre la pintura, como la Virgi con el lápiz blanco.

A la academia le encantaban las escenas teatrales, dramas griegos, mitos, leyendas y retratos.











Jules Bastien Le Page pintó a estos campesinos, Haymakers- Los planos de su pintura salían de lo común, así como las proporciones de las figuras y la cara de la campesina. Me recordó Chiguayante , la vianda de la derecha, la misma que usaban los obreros para llevar su colación diaria, la que yo veía en las mañanas mientras esperaba el bus que me llevaba al colegio.


Jules Breton, por su parte, pintó The Harverster, que bien podría ser la Sofía Loren caminando por las calles de Roma. La mujer, retratada con fuerza, belleza, determinación, transmite el esfuerzo de la pega…





Millet, que pertenecía a la escuela Barbizon, pintó todas sus escenas campestres en este tiempo 1868 al 1873, Spring.

Esta pintura de Pierre Puvis de Charanne me cautivó por la simpleza de las líneas, por el tono sepia de la imagen y por lo esperanzador del mensaje con la mujer con su mano en alto y la estaca en el suelo. Tiene algo de grabado japonés y mucho de Nogalina, que me fascina...


  
Entre el 70 y el 71 hubo guerra con Inglaterra y además civil en Francia ( Napoleón III). Eso se plasmó en la pintura. Fue Manet quien primero empezó con los cambios. La infuencia del arte español fue principalmente en los tonos, las luces, la paleta oscura y los sujetos, sus expresiones. Él fue como el Velásquez de los boulevares.
Velásquez 1599-1660 y Goya 1746-1828
Manet: The escape from Rochefort ( la historia de un compadre "insurrecto" que se escapó de una prisión por bote).

Otra pintura, Moonlight over the port Boulogne

Fantin Latour, maestro del Still Life, tiene unos crisantemos awesome! AWE de ahora en
adelante.

La escuela de Batignolles, el barrio que concentró a los pintores rebeldes de los salones de París. En el café Guerbois se juntaban Sisley, Renoir, Manet, Monet y Bazille a echar la talla. Bazille tenía plata y compartía su estudio. Renoir le hizo un retrato, mientras él pintaba.  Bazille murió super joven en la guerra franco prusiana.

1874 exhbibition at Nadar´s Studio: los impresionistas, palabra que salió de un cuadro de Monet: Impression.Sunrise


Whistler´s mother: James Mac Nelly Whistler:
Fue exhibida por primera vez en 1933 en US y los americanos la tomaron como una imagen que los representaba en medio de la Gran Depresión, como ícono de paciencia, resilencia y carácter fuerte.


Berthe Morisot vivió entre 1841 y 1895. Una de las pocas impresionistas famosas. Hay otra mujer que no recuerdo el nombre y que no estaba en la exposición.
The cradle.

Alfred Sisley, siguiendo los logros de los ingleses John Constable, William Turner y Joseph Mallord, maestros en  retratar las condiciones luminosas de la atmósfera, aprendió mucho de estos hombres.

Renoir The Swing 1876 AWE   Alguerian lanscape
 



Monet; La gare Saint Lazare, AWE los morados! Le Seine at Vetheuil, 1879




The dancing lesson, Degas, 1873-1876 A Degas le gustaban las escenas de la vida cotidiana. En este cuadro me fascina la niña que está arriba del piano, a la izquierda, rascándose la espalda. El movimiento del cuello es perfecto. El maestro parece Chino.
Sus jinetes de carreras son también un sujeto recurrente de su pintura.

Pisarro y Cézanne Pontoise et Auvers sur Oise. La casa del hombre colgado, Cezanne.






Adolphe Monticelli 1824-1886. Lo encontraron un loco y no entendieron su pintura, ni trataron. Y Van Gogh  tenía 6 cuadros de él. Grueso, brillo, color, expresión, en una still life painting.

miércoles, 2 de junio de 2010

Diario ( de atrás para adelante) III Parte





Miércoles y jueves fueron travesías a bordo de nuestra ladybug, un flamante escarabajo último modelo, rojo y aerodinámico, que nos llevó por el Napa Valley, Slownoma, y luego a pulular por San Francisco. Los highlits del dia fueron de entradita, la mejor tienda de ropa descartada y de segunda mano, Eco Thrift en Vallejo. Un sueño, casi lloro, no podía creer los precios y la calidad de las cosas….
El mercado gourmet de Napa y todas las viñas que están al alcance de la mano y de los bolsillos algo gorditos, pero nunca tanto, nos sorprendió.
El camino a Sonoma estuvo d sueño, de echo algo dormí, pero las nubes estaban bajas, llovía a veces y el bosque aparecía y desaparecía.
En Sonoma hay un cine que cuando está cerrado ponen a una muñeca tamaño natural en la boletería, parece película de David Lynch. También hay un pasaje lleno de bares irlandeses y un resto nepalés.

El jueves fuimos en Ladybug a explorar: el exploratorium, el palacio de bellas artes, el Golden Gate Park y el puente Goleen Gate, tomando las respectivas fotos desde el view point y yo caminé la mitad del puente a pata. Alcatraz se aprecia en todo su esplendor. Castro con el mejor restaurant indio, Kasa. Me emocioné en cada calle de  Castro, imaginando todo lo que allí pasó hace ya 30 años. Harvey se respiraba por todos lados, la frescura de los gays estaba en las veredas, en las tiendas….camino a casa pasamos por el edificio de las mujeres, con sus monumentales murales.
Llegamos a casa cocinar para los Dryden y yo me lucí con la kale al horno. Unos ricos arroces y “greens” salteadas fueron el menú. El postre: unas canciones de los Dryden en el karaoke, donde como nunca, ví gente fea que llegaba a dar susto.

El viernes partimos, dejamos a Ladybug en Wallnut Creek y tomamos un super brunch en Katy´s Creek. Memorable y delicioso. Tomamos el Bart y nos pusimos a conversar, tanto tanto que casi llegamos al aeropuerto! Nos devolvimos y llegamos a nuestro hostal Adelaide, en la calle Isadora Dunca, qué mejor? Estábamos en el centro mismo, a pasos de Farmer Brown y del hookah lounge del iraní que lo encontré un chanta pero que mi amiga Norma lo adoró.
Adelaide es de los mejores hostales que he estado en mi vida (www.adelaidehostel.com). De dueños irlandeses, tienen todo lo que la viajera requiere y a módicos precios. Candados, toallas, tures, shuttles al aeropuerto, pcs, wifi gratis, exquisitos sillones, buena luz en los espacios comunes y una cocina con muchas mesas grandes donde compartes o compartes. El  desayuno es una apología al pan, a la nutella y toda clase de mermeladas. Memorable.
La pieza la compartimos 4 días con un francés y una surcoreana. Todo tidy, limpio y buena onda, una gran comunidad.

Nuestra vida de 4 días en San Francisco fue básicamente caminar, comer, tomar, abrir la boca sorprendidas ante las escenas repletas de distintas bellezas, fotos, librerías, tiendas bellas, y tés y tés.
Volvimos a Chinatown, comimos pato, tomamos y compramos tés, volvimos al hookah lounge, yo estuve en borders como 3 horas, y otras 3 en Chronicle books, tomé té y comí fudge de té verde en el Samovar.
Vimos un show de niños bailando danzas del mundo, caminos por los jardines japoneses de té y …en el museo De Young, una de las mejores exposiciones de los impresionistas, el Nacimiento del Impresionismo. En 7 salones, se muestra el contexto histórico , social y artístico del París de 1856 hasta 1874, donde germinó esta nueva forma de mirar y de plasmar lo que el artista quería. Cambió la luz, los sujetos, las técnicas. Los impresionistas impresionaron, causando escándalos por la manera “ poco académica de pintar”. La curatoría estuvo maravillosa, realmente uno de los puntos altos de mi vida fue haber visitado esta expo. Con Norma nos pasamos horas, y salimos tan rellenas de emociones, ideas, visiones, que luego de caminar por el zen japo, partimos a casa ( Ver próximo posteo). Antes pasé por la tienda del museo y salí llena de bellos libros…uno especial para mi amiga Norma. Yo ese sábado terminé sola tomando té en le atardecer frío de San Francisco, luego viendo libros de historia en la Union y me junté más tarde con los Dryden, después de una larga conversa con Gorgias.
El domingo me fui a correr a la plaza de la Grace Catedral, recorrí la iglesia y sus laberintos dibujados, sus murales de la UN, y la capilla por los enfermos  y muertos de Sida. Hice Taichi con unos viejitos chinos  y luego tomamos el F train en la Market Street para hacer el paseo de Castro a los muelles atestados de gente. En el trayecto me enamoré de los ojos de un indio, que era químico y que había nacido en Nueva York. Y ahora vivía allá en SFO.
Los muelles de San Francisco son turísticos al estilo de Miami, mucho globo, golosinas con forma de todo lo imaginable,  plástico, y cosas colorinches. Es el mundo antizen.
Pero cerca de ahí, del Pier 39 está la fábrica de chocolates más deliciosa del mundo, jajaja. Ghirardelli. Me topé con estos chocolates en San José y luego mi amigo Arif me dijo que era un must de mi paso por San Francisco.
De ahí partimos a Lombard Street, una exquistez de calle, la más torcida del mundo. Parece un juego de niños ver como los autos van bajando y van doblando los plieges de la calle lombard.
Caminé de vuelta, Norma se  fue en bus. Llegó con un bello gorro de regalo para mí y té de rosas. Cute.
Bajamos fotos, música y terminamos el día en un restaurant italiano de lujo.
Esa noche me costó dormir y nada despertarme. Desperté antes de las 6 am y sólo quería irme, hacer la despedida rápida, para que fuera menos dolorosa…Y así fue, micro, tren y luego shuttle, a la hora ya estaba en el aeropuerto de San José. San Francisco quedó atrás, esperándome.
Cómo no iba a llorar? Sin verguenza y dulcemente acompañada en la pena me sentí, por las muchas personas que les ha pasado lo mismo; sólo basta ver en las librerías las citas y libros sobre San Francisco...

Lo que viene luego es una larga jornada camino a Poughkeepsie, a la casa de mis adoradas amigas. Jornada que incluye conocer a un guapo hombre en JFK que me ayudará a llegar a Manhattan, una noche en la Grand Central, con los homeless y el policia Fischer, la chica que se parecía a la Claudia Bustamante pero en negra y que me regaló el applepie más ostigoso de mi vida y la llegada a pata  a la casa, porque el el camino estaba cortado. Valor. Además, dormí como saco de papas en el tren y de pura dormida me bajé antes de Poughkeepsie, en New Hamburg. Por suerte atiné y salté de vuelta al tren.
Pero ya estoy acá, en mi cafecito tetería favorita en Poughkeepsie, the Crafted Kup, rodeada de bellos sillones y buena música, y por supuesto, bon thé!








Diario ( de atrás para adelante) II Parte

El día domingo fue estar echadas como gatas de chalet en la terraza de los Drydens. El clima de tierra adentro de la bahía es más amoroso, tibio, seco y corre brisa fresca. Martínez, el pequeño pueblo donde estábamos, es famoso por que inventó el Martini ( trago que nunca más pude tomar después de un feroz carrete en el departamento de Alberto Chang, en Viña…) y porque tiene una cárcel. Por eso su centro está lleno de oficinas donde te ofrecen la mejor tramitación de fianzas. Martínez es tranquilo, pero lindo, rodeado de cerros, bellos jardines y paisajes que me recuerdan las ondulaciones juguetonas de Llau Llao camino hacia la costa. En el centro tiene muchas tiendas de antigüedades y una taquería donde he comido los mejores tacos de mi vida: Taquería Los Toreros. Los mejores de mi vida, repito. Además con Norma compartimos un Chile relleno, uau, que cosa más rica. Ni parecidos a los Mole Mole de Poughkeepsie, este resto de acá no le llega a los talones.
 Más tarde nos encontraríamos en un bar de karaoke….si, un domingo en la tarde en Martínez, la “juventud” de 40 va a cantar. Es de esos bares que a mi me dan arcadas, pero acompañé con mi mejor cara, por lo menos por un rato.

El lunes San Francisco nuevamente, partimos en el Bart, ultra rápido, desde los valles a la bahía. Un hombre se puso a cantar Yellow Submarine en medio del pasillo, feliz y contento,  y luego se bajó. Sería el primer hombre  que vería de una serie de personas que ví cantar en las calles de San Francisco, una señora cantando ópera en las calles de The Castro, acompañada por quien quisiera sumársele en sus  cánticos operéticos callejeros. Fabuloso.
Partimos, por dónde partimos…por el SFO MOMA ( www.sfomoma.org) pero no avanzamos mucho más allá de la tienda…una verdadera biblioteca y museo de objetos de diseño, de todo mi gusto. 


Luego de un par de horas y prometiendo volver, nos fuimos directo a ChinaTown,  a sumergirnos en las  tiendas de alpargatas, Norma buscaba un pijama nuevo, que por lo menos conmigo, nunca encontró. Joyas, ropa, chimuchina, mucha chimuchina de colores, brillantes, alegres. Y tés, tés por todos lados. Tés que se convertirían en mi nueva obsesión en unos días más. Almorzamos en un restaurant que nuevamente me trajo a Chiloé a la memoria, esta vez, Norma fue la que lo mencionó. Nada tenía que envidiarle a esos restaurantes de la costanera de Castro, no esos turísticos sino a los que van los parroquianos chilotes, de techos bajos, con un ascensor con polea para subir la comida, y pasando por la cocina para poder llegar al restaurant. La comida sublime y gigante.

Luego de Chinatown partimos a Japantown, lo nuestro, ese día , era el lejano oriente. Japantown dormía siesta para ser sincera. Pero comimos Mochi y tomamos gingeroot bebida. Los mochi, de harina de arroz y rellenos con porotos rojos, una delicia de oriente. Lindo, limpio y elegante, así se mostró Japantown ese día de lluvia para mí.


La noche terminó en el bar del Hotel Utah, en la zona más ruda de San Fran, al otro lado de la línea del Caltrain. Ese bar es de libro, con una barra de mahogany, traída de un barco antiquísimo. Mascaronas, copas antiguas, de cristal grueso y una serie de artilguos de antaño colgados. Además de un escenario y un open mic esa noche. Con un conductor de película, por lo lindo y simpático. Oscar cantó esa noche, así como muchos artistas que tocaron para el público y para una chica rubia, que había muerto recién…

El martes los Dryden nos sacaron a pasear. Destino Big Sur al que nunca lleganos porque íbamos parando a cada rato y se hizo tarde. La primera parada fue Café Fanny, un cafecito ondero, familiar, al estilo del Espresso, con unos desayunos sublimes y un olor a pan que perfumaba todo el barrio. Fue la primera vez que ví caffelattes así.


Pasamos por el bar Ashkenaz, y seguimos destino a Montgomery donde John Steinbeck escribió Cannery Row ( que tengo que leer, porque creo que es un librazo). Bien gringo el pueblo, pero lo mejor fue llegar a él parando en los puestos de frutillas recién cosechadas, corazones de alcachofas fritos, cerezas, todo fresco porque los estábamos en la región donde el agro ruge fuerte en USA.
Las playas, la comida, los paisajes que suben y bajan son un deleite. Llegamos justo a tiempo a San Francisco, para asistir a la clase de Hip Hop de Jesse, la hija mayor de Oscar. El hijo chico, de 23, “showed up”también y luego fuimos a una taquería picante en un barrio picante de por ahí.  Estuvo bueno, para terminar un día de lujo.

Diario ( de atrás para adelante) de 10 días en el norte de California - y con un zoom a San Francisco

El sábado 15 de mayo amaneció asoleado en San José, con esa luz que hay en Castro en el verano: te hace arrugar los ojos, porque todo es terriblemente luminoso, y , por supuesto, no hace mucho calor. Así fue el clima en mis 7 días en San José. Nunca sentí calor, pero tampoco me congelé, a pesar de que no me pude sacar las zapatillas, calcetines incluídos.

Al despedir a la flamante delegación de Sharon, Diego y Laura, que ganaron  un cuarto lugar, histórico en la petit histoire de Chile y su limitada educación cientifica, me dí cuenta que me podía ir en los buses que llevaban gente a San Francisco. Pava yo porque debería haber atinado que eso iba a pasar en esta hiperconferencia mundial, no todo el mundo iba a llegar al pequeño San José. En fin, con la amabilidad característica de la gente de esos lados, sin ironías, me dijeron que por supuesto podría viajar con ellos. Así que subí al bus y media congelada me fui, a veces leyendo, otras mirando por la ventana.

Hasta que San Francisco comenzó a hacer su aparición.
Fue amor a primera vista. Recuerdo con claridad los cerros, las casas que se amontaban en las pendientes; la continuidad de los cerros, uno al lado del otro, no muy cerca pero tampoco lejos, dándole un ritmo, una melodía a lo que tenía ante mis ojos. Luego esas pinceladas de acuarela gris que se movían raudas en el cielo, y otras que estaban quietas, en la punta de un cerro, parecían una cascada lenta, de nubes grises que chorreaban. Esa fue mi primera vista de San Francisco. Verde, azul y gris.
 
El aeropuerto obviamente era gigante. Y  traté de pillar el vuelo de Norma, para darle una sorpresa pero no lo logré. Luego supe que venía de Seattle, por eso no pude encontrar su vuelo. Así que me fui a la oficina de  informaciones y pude obtener todo lo que quería, hasta la manera más barata de llegar al centro, 2 USD en SamTrans. El viaje en bus estuvo rápido y una vez dentro de la ciudad, la segunda vista fue tan bella como la primera: gente en las calles, edificios enormes y antiguos en el centro, pero con aire entre medio, algo así como Buenos Aires. Al bajarme y empezar a buscar Kuletho´s me dí cuenta que las cuadras eran a escala humana, casi lo que veía en el mapa, lo veía en la realidad…No me costó nada llegar al restorant, pero en tiempo, me tomó más del necesario porque al avanzar me iba topando con mis tiendas favoritas: Anthropologie, H&M, The Body Shop, Sephora, todo en la misma calle: Powell. Y más encima con los cablecar ahí mismo, subiendo y bajando la Powell….no lo podía creer.

El Kuletho´s (www.kulethos.com ) es un bar italiano, con muy bellos y amables hombres que atienden, donde en la barra cuelgan ajos, ajíes, y jamones. Una mezcla del mercado de Ancud y una buena tasca. Ahí esperé tomándome una copa de vino, hasta que a las 15:00 apareció Norma. Un gran abrazo, y un "Once again, we did it!" fue lo primero que nos dijimos,  muertas de la risa-

Dejamos nuestras maletas en el hotel boutique Villa Florencia, muy chic y elegante. Dijimos que éramos comensales del Kuletho´s  y eso fue el free pass para la custodia.

Libres de carga, partimos con viento fresco por San Francisco. Caminar, caminar hasta las 18, cuando Oscar y Kelly, hermano y cuñada de Norma, nos pasaran a buscar al Farmer Brown.

Tomamos un cablecar y nos fuimos paradas mirando un lado y el otro, la bahía, los cerros, la arquitectura, la gente, las calles, el viento y las nubes. Nos bajamos en North Beach, que no es una playa, sino uno de la decena de cerros que tiene San Francisco. Caminamos y nos encontramos en la Pequeña Italia. Allí nos tomamos un café, yo un té con un deli tiramisú, y nos sentamos bajo las estufitas que están pegadas a los techos,  a conversar y mirar la gente pasar. Estábamos atentas a encontrar la Citylights bookstore (http://www.citylights.com) , para comenzar a viajar en el tiempo y llegar a la generación Beat de antaño.  Seguimos caminando y la encontramos y recorrimos, prometiendo volver. No pudimos, el tiempo no alcanzó. Pero sí volvimos al Vesubio, el bar de al lado, a tomarnos un copete. Luego caminamos hacia el plano, saludando a lo lejos ChinaTown, porque volveríamos los días venideros.
Llegamos al bajo y a Farmer Brown. Uno de los bares más onderos en los que he estado, empezando por la música, la calidad y la ubicación de los parlantes, la decoración, la altura del local , y por supuesto, los “caballeros” que servían, como dirían mi amiga Marianela. Cominos gambo, exquisita sopa espesa que nada le envidia a nuestras pantrucas, pero con otro qué se yo, del sur de Usa. Cocina soul dirían algunos. Estaba lleno. Le va bien al campesino Brown, a pesar sus precios nada de bajos, y de estar en el borde mismo del barrio donde la cosa se pone más escabrosa, y se puede notar por las personas – negras- que se te acercan a cada rato a pedir plata;  porque andan mendigos hablando solos y porque en una que otra esquina te pillas con un policía esposando a alguien. Más de noche, agreguémosle a esto unas cuantas trabajadoras sexuales, que me imagino que no en las mejores condiciones de seguridad, se lanzan a la búsqueda de clientes. En fin, sigamos con Farmer Brown, porque en medio de un buen tema disco enchulado, llegaron Oscar y Kelly , y recordando que Norma me había dicho que su hermano amaba Italia y el estilo italiano, Oscar nos dijo que él invitaba a la cena, en el restaurant Pellegrini, cuyo dueño Darío, era amigo de él. En pleno North Beach, de vuelta, comimos ricas pastas y menestra. Luego unas vueltas locas por la ciudad y partimos hacia Martínez, al otro lado de la bahía. Pasamos por un mirador a mirar al bello SFO  iluminado y partimos a  casa. Obviamente yo no sabía si íbamos al norte o al sur, al este o al oeste, pero por esa noche, dejé pasar mi obsesión de saber dónde estoy, o más o menos estoy, cardinalmente hablando. Días después, mi amiga Norma me pondría: la cartógrafa….

martes, 18 de mayo de 2010

San Francisco, yo te amo

No es la primera vez que me pasa, ( como tampoco me he enamorado de un sólo hombre en la vida) pero el amor a primera vista que tuve con la ciudad de San Francisco fue fulminante. Y mientras más la conozco, de primera mano, y por su historia, más la quiero, y que ganas de nacer de nuevo y ser una vieja,  de esas que caminan sueltas por la calle Powell, y decir: yo conozco esta ciudad, nací aquí, y he vivido por 80 años...esa es una falacia en mi caso, pero como las fantasías son libre albedrío, démosle nomás.
Venía llegando en el bus desde San José, cuando entramos por South San Francisco, y comenzaron a aparecer, como un enorme escenario, los cerros, las casas, las nubes que se mezclaban con la cima de los cerros, como un buen cuadro de Turner. El cielo inmenso, la bahía...Luego al tomar el SamTrans desde el aeropuerto, las impresiones mejoraron aún, al ver lo viva que estaba la ciudad un sábado por la tarde. Algo asustada por el largo de las cuadras, ya que tendría que caminar hasta el Kuleto´s y veía en mi mapa que serían 7 cuadras las que me separaban de la estación de bus, me bajé y el frío me despertó enseguida, las antenas se me pararon y comencé a caminar. Toda mi aprenhensión se esfumó en la primera cuadra, porque las cuadras son a una escala más que humana, así que me pude ir vitrineando hasta el Kuleto´s. Allá esperé a Norma y desde entonces ha sido un disfrute soñado, una gran sorpresa. Y un deseo de quedarme acá, a vivir, a descubrir, a saborear por largo rato esta ciudad. Dan ganas de apretarla, de estrujarla, de echarse en ella, de subirla y bajarla 1001 vez.
Hoy fue el barrio Chino y el Japonés y una larga visita a la tienda del SFOMOMA. Un hooka lounge en la tarde y música en el Bar del Utah en la noche. Día largo y redondo. Como la bahía de San Francisco.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Stereo Love

Me sorprendo;  me autosorprendo por la tranquila intensidad con que todo se está tejiendo con JFT. Han pasado 10 días y parece que  hemos venido conversando, abrazándonos y besándonos un largo camino, un entretenido y largo camino. A medida que lo conozco más, más me gusta, más lo deseo, más me sorprende, más me alucina. Este ha sido un bombazo sin ansiedad, sin desesperación, como una brillante y colorida bomba de agua.
Cuando vi el bálsamo,  ahí, paradito en la ducha, me di cuenta que si un hombre tiene la delicadeza y el tiempo para elegir un bálsamo especial para tu pelo, lo deja ahí como sorpresa y te cuenta una bella historia de cómo se paseaba en las góndolas del supermercado, sopesando variables capilares de manera de elegir el mejor bálsamo para tí...ese  hombre es un bocado de exquisita ternura que vale la pena degustar, tener y cuidar.
Si además te provoca intelectualmente, sexualmente, te hace reir, te invita a compartir su espacio, te alimenta de humores, amores y sueños, ...vale la pena pararse un momento a pensar cómo es que llegó en este momento, en el que estoy a punto de partir;... en realidad en el que estoy partiendo.
No puedo prometer nada, pero lo que deseo ahora, en este momento, es volver, con materiales para hacer realidad muchos sueños, y por supuesto, con él al lado. Siento que nos conocimos para quedarnos un buen rato, el uno en la vida del otro. Como dice Fatiluz, lo que tiene que pasar, pasará igual.
Mientras tanto, sonrío con sólo recordarlo y suspiro...

martes, 16 de marzo de 2010

Regalo de una (de las últimas) noches de verano 2010

Un blusón con hojas de otoño que caen fue una excusa para vestirme de celebración. El terremoto, el susto de las réplicas, saber que compatriotas tratan de recoger los palos de fósforos esparcidos por lo que antes fue su barrio, su plaza, su entorno, ...causa angustia, desazón. Estamos abatidos, en distintos grados, por distintos flancos, pero abatidos. Se respira un aire distinto en Chile, y no es sólo por el cambio de gobierno, porque la presidenta en la que más confié, a la que más la creí, la presidenta de verdad se fue y llega en su lugar un personaje de sonrisa falsa, de mirada ambiciosa, aparte de operada, y de una falta de talante presidencial sin precedentes para mi medianamente larga vida. No, no sólo por eso hay un aire distinto. En todas nuestras vidas hay un antes y después del terremoto, por más pequeña que sea la diferencia...La tierra se estiró, se encajó y a nosotros nos zarandeó la vida.
En medio de esto, sucedió la celebración del sábado pasado y todos ejercimos la libertad de gozar, de abrazarnos, emborracharnos y conversar hasta que el sol, cada vez más dormilón,  comenzara a aparecer. Aquí apareció este hombre, mezcla de tantos otros, pero único. Y la conversación se hizo amena, se llenó de risas, y no necesitamos atrasar la hora para tener más tiempo, por que esa mañana, nos hicimos dueños del tiempo.

miércoles, 20 de enero de 2010

Jota Jota

Juan José se llama esa voz ronca y acogedora, en un cuerpo atlético y cuyo rostro me hizo recordar a mi tardío amigo Pato E.  Conocerlo fue una bendición, una de las que él me deseo al despedirse. Su claridad, su empatía, sus ejemplos, el carrete de vida que se le nota que lleva, su calidez, todo eso me envolvió, fue como encontrarme con él después de mucho tiempo, olvidando que era la primera vez. Sus palabras certeras, las precisas, las que necesitaba escuchar. Ahí estaban para mí, y las tomé y las tengo conmigo. Y estoy con unas inmensas ganas de ponerle ganas a esto, de tejer los hilos que hagan la conexión de 30  a 40 cm de la que me habló JJ, porque es la necesaria, lo sé- y también puedo ver, con tranquilidad y entendimiento,  por qué apareció Rdg en mi vida, el encuentro y lo que me pasó después; recién ahora puedo esbozar una sonrisa genuinamente alegre y tranquila al mirar atrás e imaginarme para adelante. Como bien me dijo y yo ya lo había pensado: fue un puente de Madison.  Y ya. Fue un día esclarecedor. Gracias a la vida, una vez más.

sábado, 16 de enero de 2010

La dulzura de tu respiración


Eso fue lo que dijo Francisco cuando estábamos terminando la práctica de yoga. Sublime me pareció su práctica, su tono de voz, su respiración.
Estoy raja y con hipo....no se puede,... más encima con cansancio y una elección adportas....que se podrían psicomagiar como muchas adportas....
VALOrR