Mi lista de blogs

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Rezos cruzados



Se me arrejuntan, como dicen en Chiloé, las ideas de títulos y escritos para postear. Al comienzo tenía las ganas de ir subiéndolas en orden cronológico. Pero no, ya son tantas, que me entrego al absoluto deseo de escribir cuando tengo la pantalla al frente. Ando con la enfermedad de las palabras, con intensas ganas de teclear y eso se agradece.
Ayer salí con Lourdes, a uno de sus eventos socialité donde se puede tomar, comer, repartir besos de saludos, sonrisas verdaderas y falsas, miradas coquetonas, otras perdidas, todo esto, y gratis. Era en un castillo, de esos seriamente de terror, medieval a decir basta, ( para el estándar chileno) con ese aire perdido del rey Arturo, así que la locación inspiraba.
Conversamos entre medio de desabridos vodkas, sobre la configuración actual de nuestra vidas sentimentales, que básicamente se puede resumir en una palabra: solas. Suena desolado. Pero no lo es tanto. La vida de soltera santiaguina, independiente, no es para llorar, todo lo contrario. Hasta se corre el riesgo de disfrutarlo tanto que inconscientemente vas haciendo todo para mantener esa condición. Es ahí donde ambas estamos absolutamente conscientes de que no. Que la jarana, en el mejor sentido de la palabra, es para disfrutarla, pero es efímera, pasa, no se queda, y eso es lo bueno, circula y circulan: eventos, fiestas, gentes. Pero ambas queremos alguien que llegue para quedarse.

Ayer en la tarde Lourdes me escribió que le pidiera a la "vida" que pronto llegara un amor a su existencia, uno de esos buenos, que te elevan, que te llenan de sonrisas y que te hacen proyectar sueños realizables a partir de una hoja que cae de un árbol.  Quiero lo mismo. Parafraseando y reinventado a Prodan (q.e.p.d),  yo sé lo que quiero y lo quiero ya. Por lo que le pedí lo mismo de ella para mí. Somos amigas, así que los rezos cruzados resultarán,  estoy segura, hay mucha linda energía de por medio.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Reflexiones de Calle Bandera



Nada era muy auspicioso ayer en la tarde: yo ando con un cansancio acumulado, creo que producto de la gorila que me masajea tres veces a la semana, y con un sueño que me bajaba los ojos; hacía calor; mi amiga Bra venía de la pega, saliendo, cuando la llama por celular su jefa pajera que le pide que vuelva a la oficina a verle algo...todo mal. Así y todo, con la siempre buena velocidad de los taxis, me pasó a buscar y en un santiamén estábamos en Independencia, comprando géneros para nuestra Pyme, la de las bolsas de género onderas. Entre pitos y flautas, y en menos de una hora, (y a paso lento por todo lo que antes expliqué), compramos suficiente género para hacer 16 bolsas bellas. Con cansancio en las piernas, decidimos caminar hasta una fuente de soda, desde independencia hasta Bandera. Con sorpresa descubrimos que cada vez son menos las fuentes de soda por esos lados. Sorpresas desagradables, así como la noche anterior caminábamos por una Plaza de Armas asquerosamente cerda, a las 10 de la noche, pobre Santiago, que todavía no le llega un buen alcalde.
Caminando y caminando por Bandera, empecé a verbalizar la sarta de ideas que tengo sobre mi futuro cercano. Y mientras iba hablando, los ojos de Bra, de por sí grandes, se iban agrandando más; con cara de circunstancia, me dijo: "Creo que estás un poquito perdida. Estás disparando a lo John Wayne!". Y era verdad. El resto de las cuadras hablamos de la calma, de no hacer nada, de dejar que las cosas pasen. Mucha cabeza a veces enreda las cosas. Mientras pasábamos por los nightclubs decadentes, las tiendas de ropa usada y una que otra schopería de cuarto nivel, mis ideas se iban posando en aguas quietas, me alivianaba y me daba cuenta que la urgencia estaba sólo en mis neuronas. Lo que no le dije  a Bra ayer en la tarde es que ese tipo de perdiciones son comunes en mí, que vivo pensando adonde me voy, que soy gitana por esencia,  sólo ahora lo verbalizo con ella, lo hablo, que casi nunca lo hago, pero es parte de mi. Que tengo comezones del tercer año, y es un patrón que se repite en mi vida, tres años en un lugar, me empiezan a generar cosquillas en los pies y deseo partir. Ya llevo 3 en Santiago. Pero  es cierto todo lo que me dijo mi querida Bra, bajaré las revoluciones, y dejaré que la vida me sorprenda, como siempre.

domingo, 8 de noviembre de 2009

La lenta primavera

Lentamente se sienten esos grados algo más calientes, lentamente la primavera aterriza en Santiago, y los días están más largos, con más amarillo y celeste en medio del delgado velo gris del cielo, el viento hace lo suyo y mi ciudad se prepara con calma para esos bochornos irrespetuosos del verano. Adoro como está el tiempo ahora, sigo con pijama de otoño, con chaquetas y pañuelos alrededor del cuello, hoy hasta salí con gorro. Mediados de noviembre y la frescura no se rinde.

Estoy haciendo la lista mental de los escritos que se vienen: las miradas nn de Leonor, unas palabras para Lourdes, que hace tiempo quiero dedicarle, otras a Alicia en el país de las Maravillas, otra del piano y yo, y así, espero esta semana rearmarme de la cámara y libreta pequeña, de manera de apuntar apenas me invadan las ideas. Estoy más tranquila, al fin, la ebullición interna no para pero está tomando otro giro, y ya las llaves se están ajustando, no ando deshidratándome como por arte de magia, vuelven las sonrisas a instalarse por encima de los pucheros. Y quiero seguir en este carril, no salirme porque no se pasa bien estando bajo una nube tempestuosa y sin señales claras de buenas brisas. Salud por mí.