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viernes, 13 de noviembre de 2009

Reflexiones de Calle Bandera



Nada era muy auspicioso ayer en la tarde: yo ando con un cansancio acumulado, creo que producto de la gorila que me masajea tres veces a la semana, y con un sueño que me bajaba los ojos; hacía calor; mi amiga Bra venía de la pega, saliendo, cuando la llama por celular su jefa pajera que le pide que vuelva a la oficina a verle algo...todo mal. Así y todo, con la siempre buena velocidad de los taxis, me pasó a buscar y en un santiamén estábamos en Independencia, comprando géneros para nuestra Pyme, la de las bolsas de género onderas. Entre pitos y flautas, y en menos de una hora, (y a paso lento por todo lo que antes expliqué), compramos suficiente género para hacer 16 bolsas bellas. Con cansancio en las piernas, decidimos caminar hasta una fuente de soda, desde independencia hasta Bandera. Con sorpresa descubrimos que cada vez son menos las fuentes de soda por esos lados. Sorpresas desagradables, así como la noche anterior caminábamos por una Plaza de Armas asquerosamente cerda, a las 10 de la noche, pobre Santiago, que todavía no le llega un buen alcalde.
Caminando y caminando por Bandera, empecé a verbalizar la sarta de ideas que tengo sobre mi futuro cercano. Y mientras iba hablando, los ojos de Bra, de por sí grandes, se iban agrandando más; con cara de circunstancia, me dijo: "Creo que estás un poquito perdida. Estás disparando a lo John Wayne!". Y era verdad. El resto de las cuadras hablamos de la calma, de no hacer nada, de dejar que las cosas pasen. Mucha cabeza a veces enreda las cosas. Mientras pasábamos por los nightclubs decadentes, las tiendas de ropa usada y una que otra schopería de cuarto nivel, mis ideas se iban posando en aguas quietas, me alivianaba y me daba cuenta que la urgencia estaba sólo en mis neuronas. Lo que no le dije  a Bra ayer en la tarde es que ese tipo de perdiciones son comunes en mí, que vivo pensando adonde me voy, que soy gitana por esencia,  sólo ahora lo verbalizo con ella, lo hablo, que casi nunca lo hago, pero es parte de mi. Que tengo comezones del tercer año, y es un patrón que se repite en mi vida, tres años en un lugar, me empiezan a generar cosquillas en los pies y deseo partir. Ya llevo 3 en Santiago. Pero  es cierto todo lo que me dijo mi querida Bra, bajaré las revoluciones, y dejaré que la vida me sorprenda, como siempre.

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